Don Juan, el mujeriego compulsivo
martes, 11 de junio de 2013
Atrapados en la frustración de no desear a la mujer que aman y no amar a la mujer que desean, los Casanovas viven amargados.
Aquel varón que frecuenta sexualmente a varias mujeres, se le conoce como mujeriego y padece el síndrome compulsivo del donjuanismo. Quien cae en sus garras, queda tocada, hundida y marcada de por vida. Su objetivo está claro; busca enamorar y seducir. Cada hembra es un reto nuevo y trofeo por conseguir, donde debe estudiar con precisión la técnica adecuada para conseguirla. Es incapaz de comprometerse o mantener relaciones duraderas, escapa como del fuego en profundizar mucho más allá de unas primeras citas.
Un Casanova
Insaciable e irresistible, galán-poligámico por devoción, su intención es dispersar su semilla en cuantas más mejor. No considera que "engañe" o que sea "infiel" sino que posee una capacidad de amar tan inmensa hacia las mujeres que lo hace ser generoso de corazón hacia ellas. Para el solo hay dos tipos de mujeres; las buenas o las malas. Se enamora y desenamora con facilidad, jugando con los sentimientos de las demás. Su prioridad es el placer y la sensación de triunfo, para él, el amor es algo pasajero y lo vive como un juego. Este comportamiento lo tienen; tanto hombres como mujeres, homosexuales como heterosexuales. Son Adictos a la conquista buscan seguridad y confianza para paliar las carencias de una baja autoestima.
O lo amas o lo odias
Su carácter es dominante y siempre sabe que decir, ¡es un seductor por excelencia!. Su gusto por el sexo, es exquisito y jamás se tirará a lo loco por un simple polvo. Lo que más le motiva es como hacer para que alguien caiga en sus brazos pero una vez logrado su fin, se retirara como la xeada a media mañana. Si le cortas sus alas o su ansia de libertad, ¡no lo volverás a ver jamás! aunque le des buen sexo. Miente mucho y de forma inconsciente pero principalmente a él mismo. Sin escrúpulos, casi da más ternura que rabia cuando ves que en el fondo es un niño grande. Su actitud es muy competitiva, y se acicala para salir de caza hecho todo un pinpin, siempre a la última moda, todo en-coloniado. Su reto es toparse con hembras receptivas, si alguna le dicen que no, ¡le pondrá a cientovente!, consiguiendo así que insista y despliegue todos sus medios para conseguirla con más morbo.
En realidad, él busca a un hombre
Padece un trastorno de la conducta donde su propia moralidad le condena, sintiendo tristeza y culpa por el daño que ocasiona pero jamás lo demostrará. En el fondo es un insatisfecho y teme envejecer, ¡está lleno de carencias emocionales!. La desgarradora soledad le atrapa volviéndolo depresivo, llenándolo de vacios de los que escapa con esa actitud de seducción, que ha observado de su abuelo o padre desde la infancia copiando así esa personalidad, sufre heridas de la relación que ha desarrollado con alguno de ellos, justificando su inmadurez e infantilismo emocional. Se encuentran profundamente cuestionado en su masculinidad por lo mide su hombría por la cantidad de mujeres que pasan por su cama y demostrándose así lo que es capaz de hacer y lo que vale. Ese progenitor fue maltratador, violento, o ha sometido a su madre o a él mismo. Vive un sentimiento frustrado de abandono, y así pasa de una mujer a otra, proyectando y repitiendo con ellas su historia personal una y otra vez al dejarlas.
Espabila, ¡no seas tonta!
Si te fascinan los tíos así aunque poco más te puedan ofrecer, solo incertidumbre al esperar que te llamen para quedar, ¡pasa de una vez, de estos! En realidad no te interesan, sino solo su tipo de vida. Así que ponte las pilas y lánzate a hacer tu misma lo que te dé la gana, sin esperar milagros de alguien que se quiere más así mismo y su reflejo en el espejo, que a ti. Éste se comerá todo lo que se encuentre a su alcance y nunca lo llenarás del todo, ni debes porque hacerlo, no permitas que su problema se convierta en el tuyo, si puedes averiguar qué alternativas te apetece tomar a ti en tu vida.
Castro Liz, Ana
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