Orteganos en el mundo
En la industria tabaquera, Partagás es una marca reconocida en todo el mundo. Pero lo que no todo el mundo sabe es que esta empresa cigarrera fue fundada por el emigrante catalán Jaime Partagás y Rabell, que había nacido el 7 de diciembre de 1816 en Arenys de Mar (Barcelona) y que emprendió su salida para la isla de Cuba con sólo 14 años. Su vitalidad y capacidad para los negocios le llevaron, en sólo cuatro años y con la ayuda de algunos amigos y parientes, a establecerse en el negocio del tabaco cubano. En 1844 ya fue capaz de comprar una finca en Pinar del Río y crear una fábrica que se suministraba de sus propias plantaciones. Además, abrió dos tiendas desde las que abastecía de provisiones y de todo aquello que pudiesen necesitar sus trabajadores y agricultores, y en las que podían comprar a crédito. Pero no será hasta diez años después, en diciembre de 1854, cuando inscriba oficialmente en el Registro Mercantil el emblemático sello Flor de Tabacos de Partagás y Compañía.
Sin embargo, la mejora económica de su empresa no le procuró más que rivalidades con los otros tabaqueros, y así como florecía su negocio le crecían las disputas. En 1868, Jaime Partagás murió asesinado, quedando al frente su viuda Catalina Puig y sus hijos: José, Teresa, Clementina y Adela, quienes, tras pasar por diversas vicisitudes en el negocio, decidieron asociarse en 1876 con el banquero asturiano Juan Antonio Bances. Por entonces, la fábrica era una de las que más volumen de negocio tenía en la región de Vuelta Abajo. Posteriormente, Bances acabaría comprándole a la familia Partagás sus marcas y las tierras de Pinar del Río.
El poder económico de Bances hizo que la firma adquiriese una gran notoriedad, logrando que entrase en la sociedad otro asturiano de renombre, Ramón Cifuentes Llano, quien le compraría su parte cuando él decidió su retiro. Cifuentes, a su vez dio entrada a José Fernández López, con lo que la sociedad pasó a llamarse Cifuentes, Fernández y Cía.
En 1914, Cifuentes le compró las acciones a Fernández, y más tarde se las vendió a nuestro paisano Francisco Pego Pita convirtiéndose en Cifuentes, Pego y Compañía aunque siguió fabricando sus productos con la marca Partagás.
La labor de Pancho Pego, como se le conocía popularmente en la isla, tuvo una gran repercusión en la prosperidad de la empresa. Él había entrado en ella con la idea de quedarse, por lo que, bajo su dirección, trató de infundirle unas señas distintivas dentro del conjunto de la industria tabaquera. Las claves de ese nuevo valor fueron el incremento de la calidad de sus productos y de la fabricación, una combinación que resultó exitosa y que le brindó un prestigio a escala mundial que ya nunca perdería.
Pero Pancho Pego era más que un hombre de negocios. Su carácter afable y populista lo convirtieron en un personaje bien recibido en todas partes. Su camaradería le propició numerosas amistades dentro y fuera de la colectividad gallega, para quien era un ejemplo del empresario triunfador. Este éxito entre sus allegados lo catapultó en 1925 a la presidencia del Centro Gallego de la Habana, del que ya había sido primer rector otro ilustre ortegano: Fidel Villasuso.
Uno de los encargos relevantes de los que tuvo que ocuparse durante su presidencia consistió en acompañar a los miembros de la Junta de Patrones de la Fundación Pedro Murias de la Habana, al inicio de la segunda fase de las obras de su granja en Vilaframil. Esto ocurrió el mismo año de su nombramiento. La primera fase se había iniciado el 13 de julio de 1913 con su constitución por su fundador Pedro Murias Rodríguez. Éste le había dotado con las rentas de varios edificios que poseía en La Habana y con diversas acciones, así como con la cantidad de diez mil pesos de oro para la adquisición de terrenos, edificios y mobiliario. Desde entonces funcionó con regularidad hasta que en 1961 la revolución cubana expropió los bienes que la sustentaban. Desde junio de 1987 funciona como granja escuela para la capacitación agrícola bajo la responsabilidad la Consellería de Agrícultura de la Xunta de Galicia y la tutela de la Fundación Escuela Agrícola Pedro Murias.
Otro dato que apunta al don de gentes de Pancho Pego y la devoción que le otorgaban sus compatriotas es el hecho de que el músico ourensano José Fernández Vide le dedicó el pasodoble que llevó por título Partagás que fue estrenado en el teatro Nacional de La Habana el 4 de enero de 1927.
El socio de Pancho, Ramón Cifuentes, murió en España en abril de 1938 y dos años más tarde, fallecería él en La Habana. Meses después, sus herederos decidieron abandonar la empresa y a partir del 12 de agosto de 1941 quedaron como propietarios los hijos de Cifuentes Llano, surgiendo entonces la Cifuentes y Compañía.
Finalmente, la fábrica fue intervenida el 31 de diciembre de 1960 por el gobierno revolucionario cubano y el 14 de abril de 1962 la marca Flor de Tabacos de Partagás y Compañía fue registrada a nombre de la Empresa Cubana del Tabaco.